miércoles, 31 de agosto de 2011

Sombras ::: Ángel Utrillas Novella

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El casero siempre llama dos veces


Segunda sombra: El salón solitario


Sombras en la escalera, por lo demás, nada, nadie. Los ruidos habían cesado, al final seguro que todo fue un sueño o una pesadilla o viceversa. Caminando despacio, descendiendo entre sombras, llegó a la segunda planta, allí estaba el salón en penumbra.

Entró.

Con la poca luz y las muchas sombras que proporcionaban unos tímidos rayos de sol que profanaban las rendijas de la vieja persiana pudo ver, a la derecha, el sofá azul. Ese era el de ver la televisión puesto que estaba situada justo enfrente. La pantalla del aparato, plagada de sombras, apagado en negro, reproducía no obstante una imagen confusa, difusa. Una secuencia profusa de película de terror. La silueta de una mujer patidifusa, atemorizada, armada con unas tijeras con las que podía incluso herirse a sí misma. Era un reflejo, su imagen, su película, su sombra.

Las puertas del armario estaban cerradas como siempre, ¿no habría nadie dentro? No, desechó la posibilidad de abrir para cerciorarse. En la pequeña mesita, la de tomar el café, que estaba junto al sofá azul de ver la televisión, reposaba, olvidado, un vaso sucio de restos pegajosos.

Al otro lado las dos mecedoras, ambas quietas y vacías. El otro sofá, el amarillo, el de dormir la siesta las tardes de calor porque a él llegaba nítido el aire de la ventana cercana. Cercana y actualmente cerrada a cal y canto. Junto al sofá amarillo de dormir la siesta estaba la mesa de no comer, puesto que por norma general y siempre que no hubiera invitados, hacían las comidas abajo, en la cocina. Y alrededor de la mesa de no comer, las cuatro sillas de madera de un color tan claro, tan cálido y tan brillante…

Frente a ella estaban los cuatro cuadros anárquicamente alineados, cuatro fotografías antiguas de diferentes rincones del pueblo, cuatro amuletos en realidad, recuerdos colgados en la alcayata del destiempo condenados al cobrizo amarillo del olvido, cuatro recuerdos que no eran los suyos.

Encima de la mesa, junto a las llaves que usó de madrugada para entrar, un billete de 50 euros arrugado y monedas sueltas. Si había entrado alguien desde luego no tenía intención de robar.

Escuchó ruidos de nuevo en la planta de abajo, de nuevo pasos sigilosos, inoportunos, pisadas intrigantes por la escalera. Al mismo tiempo, sobre la mesa, un zuñido molesto, un objeto se movía retozando debajo del billete arrugado que con un temblor inquietante se desplazó en pos de las monedas.

El móvil.

Puesto en modo silencio el celular vibraba sobre la mesa al producirse una llamada y a pequeños tirones se aproximaba, sigiloso, inoportuno, intrigante, travieso, a las monedas y las llaves.

_ Diga- susurró con miedo de alarmar a quien la alarmaba.

_ Señorita Cora soy Fran, el casero…

El casero, precisamente hoy, precisamente ahora o viceversa, qué inoportuno, qué mala sombra, ojalá no hubiera contestado, el casero siempre llama dos veces.


Continuará.





Autor: Ángel Utrillas Novella
Tema: Sombras
Título: "El casero siempre llama dos veces (II)"
Técnica: Relato

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4 comentarios:

Gerardo Martín Pujante dijo...

Sigo enganchado al relato, a los puntos suspensivos y pensando en que pasará. Me está gustando mucho.

Destaco este párrafo: "Puesto en modo silencio el celular vibraba sobre la mesa al producirse una llamada y a pequeños tirones se aproximaba, sigiloso, inoportuno, intrigante, travieso a las monedas y las llaves...".

Deseando que continue.

Gerardo

Elena Laguno dijo...

Hola Ángel! Ya estoy deseando que llegue la tercera parte. Yo no creo que el que ha llamado,sea realmente el casero, ya que siempre llama dos veces.
Estoy superintrigada!
Saludos, Elena Laguno

Anónimo dijo...

cómo siempre fantástico Ángel, esperamos la continuación...

Un saludo
Sonia

La profecía del silencio dijo...

Gracias Gerardo por tu fidelidad al blog ya mis escritos, seguirá muy pronto.
Elena el casero llama dos veces sí, a menos que tenga llave jajajajaja
ya se desvelará en la siguiente entrega una parte de la trama.
Sonia gracias, continuará muy pronto.